miércoles, 18 de febrero de 2015

Un Material para Gobernarlos a Todos. El poliuretano en la industria del calzado



El espacio que hay entre tu pie y el suelo es un mundo fascinante. Una gran variedad de materiales se han utilizado desde los inicios de la historia del calzado, hace más de 10.000 años, a finales del periodo paleolítico, para proteger nuestros pies ante los múltiples peligros que le acechan desde los diferentes terrenos que pisamos.

No sólo eso, sino que en muchas ocasiones no hay un solo material, sino una compleja combinación de varios materiales, para conseguir la mejor combinación de protección, y confort, entre nuestro pie y el suelo.

Intentar hacer una clasificación de la calidad de los diferentes materiales que se pueden utilizar como suelas es sumamente pretencioso, pero puedo intentar hacer una aproximación sencilla.

Lo que suele interesar en el material que está en contacto con el suelo es que resista el desgaste al caminar. En general se puede decir que las propiedades de durabilidad del material utilizado son directamente proporcionales a su densidad.  Esto tiene, como se verá, muchas excepciones, pero nos puede servir como regla general.


Un material compacto (de densidad relativa 1 o superior) no posee prácticamente huecos en su interior, y por tanto presentará, sea cual sea este material, unas propiedades "completas".  Fijémonos por ejemplo en la resistencia a la abrasión, o lo que podríamos entender en palabras de la calle como el desgaste de la suela.  Un hipotético rodillo de material abrasivo, que simulara el contacto con el suelo de la suela, no encontraría en el caso de un material compacto ningún hueco por donde iniciar el desgaste del material (excepto, lógicamente, los defectos superficiales del material, aunque sean muy pequeños).  Este material resistiría el contacto abrasivo durante un tiempo prolongado, que se podría determinar fácilmente, si consideramos la dureza de ambos materiales (el rodillo abrasivo, y el material de la suela).
A partir de este ensayo, es fácil hacer una clasificación de durabilidad, si comparamos siempre contra el mismo material abrasivo.


 
Un material de densidad menor que la del agua necesariamente ha de tener una estructura celular 
El "truco" para que la densidad de estos materiales (cuyo peso específico es siempre mayor que 1) sea menor que la del agua es crear una estructura celular, en la que haya mucho aire en su interior.
Las celdas pueden ser más o menos grandes, y estar más o menos conectadas entre sí.  Pero en definitiva, tiene que haber mucho hueco vacío (en realidad, lleno de gas, que puede ser aire, dióxido de carbono, o algunos otros) para que la estructura completa pese menos que el agua, y por tanto, su densidad sea menor.
Podemos tener estructuras de célula abierta (que pueden tener celdas tan grandes que llegan a ser visibles, como por ejemplo en las esponjas de baño, o la espuma de PU flexible de colchones o asientos) o estructuras de célula cerrada (en las que tenemos celdas separadas entre sí, y que no dejan salir ni entrar el aire, como por ejemplo las espumas de aislamiento térmico de las neveras).
Por otro lado, independientemente de su estructura abierta o cerrada, podemos tener unas celdas más finas o más grandes.

Las propiedades de un material celular van a depender de gran cantidad de factores: de la cantidad de espacio vacío que tengan, de cómo está conectado ese espacio vacío, también de qué gas esté relleno ese espacio vacío, y finalmente de las propiedades del material que forma la estructura.

Pero si volvemos a la gráfica anterior, y situamos todos los valores de resistencia a abrasión de los diferentes materiales ensayados, junto con su densidad, desde los materiales compactos a los materiales de menor densidad, veremos que se cumple aproximadamente la hipótesis inicial, aunque ya no tendremos una línea, sino una nube de puntos, con la siguiente forma.


Si repetimos esto mismo para otras propiedades diferentes, veremos que suele obtenerse una forma bastante similar. Ese gráfico puede servirnos de referencia para evaluar la calidad del material que podemos encontrar para fabricar la suela del zapato.

Pues bien, y ahora viene la explicación al título de este post. Sólo existe un material que cubre toda esa zona.  Que cubre todas las densidades y calidades posibles.  Un material que los gobierna a todos.  Un material para encontrarlos, un material para atraerlos a todos, y en las tinieblas atarlos. El material único.  Mi Tesssoro. El poliuretano.


Podemos comparar la calidad de los materiales en todos los rangos de densidad posibles, y siempre aparecerá el poliuretano, luchando con los demás materiales posibles, luchando por dominarlos a todos. Y en casi todos los “combates” sale bastante bien parado.

Si comenzamos por los materiales compactos, encontramos dos enemigos muy poderosos del poliuretano, el cuero y el caucho vulcanizado.

La suela de zapato "de toda la vida" (o como dice Juan-José, Yanko, Iruin, en su muy recomendable post La Química de una suela de zapato “una suela como Dios manda") se fabrica con cuero.

Aunque lamento decirte, querido Búho, que aunque la suela de cuero tiene sus ventajas (a mí también me gusta mucho el sonido de una suela de cuero, en unos buenos y elegantes zapatos de vestir) la durabilidad no es una de ellas.  Tampoco la facilidad de diseño, la impermeabilidad, transpirabilidad, aislamiento térmico, etc.

En cuanto al caucho vulcanizado, o goma, fue introducida como material para fabricar suelas hace más de 50 años, y presentó un importante logro tecnológico: gracias a las suelas de goma, las suelas se hicieron impermeables, permitiendo mantener los pies secos y calientes sobre todo en los meses de invierno.
Podemos decir que la goma es el enemigo más poderoso del poliuretano, en la zona norte de la Tierra Media.
Contra este poderoso enemigo, el poliuretano puede enfrentarse también con un grupo de poderosos materiales, La Comunidad del Anillo, entre los que se encuentran el TPU o poliuretano termoplástico inyectado, o el poliuretano compacto proyectado con tecnología RPU.


Como vemos en la siguiente figura, en términos de durabilidad, el poliuretano compacto (solid PU) sale muy bien parado con respecto a los dos materiales compactos citados, el caucho vulcanizado y el cuero.


Si pasamos a los materiales de menor densidad, el PU celular cubre un rango enorme de densidades, entre el prácticamente compacto (densidad 0,9 - 1,0 g/cm3) pasando por los habituales 0,6 - 0,5 g/cm3 para suelas de alta calidad, los 0,4 - 0,5 g/cm3 de las suelas más gruesas y ligeras y con menores requerimientos (por ejemplo las suelas de cuña de zapato femenino), los 0,3 - 0,4 g/cm3 para suelas de bajo requerimiento (por ejemplo el calzado de interior, las pantuflas de andar por casa), incluso los 0,2 - 0,3 g/cm3 de la entresuela deportiva, o del material para plantillas interiores que aportan mayor comodidad a nuestros pies.

Para cada uno de estos rangos de densidad se podría escribir un nuevo post, así que no me alargaré mucho más. Como hemos dicho, cuanto más bajamos la densidad peores propiedades vamos a obtener en general.

Pero sin embargo si bajamos la densidad al mínimo, encontraremos a uno de los más temibles enemigos del poliuretano. Un material muy conocido por todos los amantes del running, el EVA (siglas del Etil-Vinil-Acetato, nada que ver con la mujer de Adán, y causante del Pecado Original).
Este material podríamos decir que representa la menor densidad que se puede utilizar como material de suelas de calzado.
Sus propiedades para uso como material de suela son muy limitadas, no sólo en resistencia a la abrasión, sino también todo lo demás (sin entrar en muchos detalles, tiene una deformación remanente desastrosa, y una malísima resistencia al desgarre, por ejemplo) lo que limita su uso para suelas de chanclas, zuecos de hospital, etc. Pero su ventaja fundamental es el confort que proporciona, debido a su rebote .   Un material tan ligero, y con una elasticidad tan alta, tiene un tacto muy peculiar, que todo el mundo puede disfrutar haciendo guerras con los archiconocidos "churros de piscina".
Pero donde el EVA ha sido hasta hace muy poco imbatible ha sido en la entresuela del calzado deportivo.  Prácticamente toda deportiva de running del mundo fabricada en los últimos 30 años tiene una entresuela de EVA.

Pero como afirmo en el título de este post, el PU es el material para gobernarlos a todos, el anillo de poder, e incluso contra el todopoderoso EVA está consiguiendo vencer.

En este caso, el material desarrollado para esta ardua batalla en la parte Sur de la Tierra Media es el siguiente: micro TPU pre-expandido. Sin duda, El Retorno del Rey poliuretano.


En definitiva, de todas las combinaciones posibles de materiales que se utilizan para separar tu pie del suelo, es muy difícil no encontrar al poliuretano formando parte de alguna de las capas: patín, piso, suela, entresuela, plantilla, etc.  

Si no sabes lo que hay entre tu pie y el suelo, la respuesta es fácil: el Material Único, el que los gobierna a Todos.

Nota: This post is also available in English in my LinkedIn page: https://www.linkedin.com/pulse/one-material-rule-them-all-polyurethane-footwear-servet-casabona



miércoles, 4 de febrero de 2015

Lo que nuestros hijos deben aprender de un millonario sin escrúpulos



" ¡Vaya! Pues yo no quiero que mis hijos aprendan nada de un tipo así, prefiero darles otra clase de valores ", estarán pensando muchos de los que hayan llegado hasta aquí. Pues bien, yo creo que siempre se puede aprender algo de cualquier persona. Un millonario sin escrúpulos puede enseñar nuestros hijos conceptos esenciales en su vida, si se elige bien de entre todo su discurso.

Para el que siga leyendo, quizás llevado únicamente por la curiosidad, le voy a presentar a Robert Kiyosaki. Se trata, efectivamente,  de un multimillonario, que se ha hecho a sí mismo, mediante prácticas que muchos calificarían de deshonestas. Y además,  no tiene ningún problema en decirlo él mismo, y describirlo ampliamente en sus libros, muchos de ellos best-sellers internacionales (quizás el más conocido es "Padre Rico, Padre Pobre").

Robert se ha convertido en rico haciendo cosas como crear corporaciones fantasma para evitar el pago de impuestos; especular con la compra-venta de acciones de empresas pequeñas en fase de creación; aprovecharse en la compra de bienes raíces tras el estallido de una burbuja inmobiliaria gracias a su gran capacidad de efectivo; etc.  Y no sólo eso, sino que describe alegremente cada una de estas acciones en sus libros, con toda la naturalidad del mundo.

Y sin embargo, insisto en que este personaje puede ofrecer enseñanzas básicas,  incluso diría que fundamentales, a nuestros hijos.

La primera de esas enseñanzas es saber diferenciar entre un Activo y un Pasivo.
Robert explica muy bien, en su libro antes citado, el proceso de enseñanza para que nuestros hijos (y nosotros, ya de paso) nunca más confundamos un activo con un pasivo. ¿y por qué es tan importante eso? Porque ese conocimiento fundamental puede guiarnos a la hora de tomar las grandes decisiones económicas de nuestra vidas, que todos, incluidos nuestros hijos, deberemos tomar en algún momento. Tomar la decisión correcta en esos momentos puede suponer una gran diferencia en el desarrollo de la futura vida de nuestros hijos, puesto que las grandes decisiones económicas de nuestra vida no suelen tener fácil vuelta atrás.
Como Robert bien dice, buscar en el diccionario la definición de activo o pasivo no nos va a ayudar en absolutamente nada, sino todo lo contrario, sólo servirá para confundirnos irremediablemente.  Si tenemos que explicárselo a nuestros hijos, debemos entenderlo como lo entenderían ellos, de una manera muy sencilla.

Simple, y llanamente:

- Un ACTIVO es algo que mete dinero en tu bolsillo.

-Un PASIVO es algo que saca dinero de tu bolsillo.

Todos los que sepan algo de economía seguramente se escandalizarán de la definición,  pero es completamente válida para la inmensa mayoría de la gente.
Podemos pensar, para ir practicando, ejemplos de uno y otro, tal y como lo harían nuestros hijos. Y cuando se lo expliquemos,  les pediremos que ellos mismos piensen los ejemplos, y les dejaremos tiempo para "digerir" el concepto. Discutiremos con ellos los ejemplos que han pensado, y les pondremos otros.

Una vez realizado este paso, pasaremos a otros dos conceptos fundamentales de la economía personal, que todo el mundo debería conocer, y sin embargo son muy pocos los que conocen: el balance de situación,  y la cuenta de resultados.
Para simplificar al máximo,  y no alargarme, aconsejo o bien la lectura del propio libro  de Kiyosaki, o bien pasarse por mi anterior post "Explicale a tus hijos la crisis, para que no repitan tus errores".
En él se explica brevemente el concepto fundamental que deben aprender nuestros hijos: la diferencia en el comportamiento económico (en cuestión de flujo de caja, o dicho de otro modo en cómo afrontar los gastos mensuales) entre una persona rica, y una pobre. El bueno de Robert hace esa distinción,  un poco burda, entre rico y pobre, y puede que volvamos a pensar que no queremos inculcar en nuestros hijos los comportamientos de las personas ricas, sino todo lo contrario (altruismo en vez de egoismo, conciencia sobre la pobreza en vez de búsqueda de la riqueza, etc).  Pero en realidad una "persona rica" en este sentido es simplemente una persona que toma las decisiones correctas, y sale ganando. Y una "persona pobre" es  la que se equivoca, y sale perdiendo. Puede que nosotros no tengamos como objetivo que nuestros hijos sean ricos, pero como padres indudablemente lo que NO queremos es que se conviertan en pobres.

La otra enseñanza importante que puede ofrecer este multimillonario sin escrúpulos es dirigir todos nuestros esfuerzos en cultivar nuestros activos, y nunca nuestros pasivos.

A lo largo de sus libros, Robert vuelve una y otra vez sobre este tema, con numerosos y razonados ejemplos. Uno de los más discutibles,  pero a la vez más didácticos, es la afirmación de que "tu vivienda no es un activo, sino un pasivo". Otro ejemplo muy didáctico es lo que él llama "la carrera de la rata". Robert da también un listado de lo que él considera activos, y hacia los que hay que dirigir todos los esfuerzos.
Pero la idea fundamental es que para convertirse en rico se tiene que poner al dinero a trabajar. El dinero tiene que trabajar para ti. Y no al revés.

Es decir, poniendo como ejemplo sencillo (espero): considerando los gastos mensuales de una persona con una nómina, y cómo llega esa persona hasta fin de mes, una persona rica actuaría de la siguiente manera: una vez que un Euro entra en su bolsillo (nómina) retrasaría lo máximo posible el momento en el que sale de su bolsillo (gasto, recibos, impuestos, etc). Mientras tanto, se centraría en desarrollar sus activos (siguiendo con el ejemplo, invertiría ese Euro en algo que le diera un beneficio, antes de soltarlo). Esto, que parece muy sencillo, en la práctica puede resultar muy difícil. Pero se trata de entender el concepto. Una persona que siguiera la manera de actuar de un rico, poco a poco podría ahorrar la cantidad de dinero suficiente para pensar en otro tipo de inversiones (buscar activos más interesantes).
Al contrario, una persona que siguiera la manera de actuar de un pobre, recibiría la nómina, y adelantaría todo lo posible el momento en el que sale de su bolsillo (gasto, pago de intereses de deuda, etc), sin considerar ni un momento en invertir ese dinero. Poco a poco tendría más dificultades para llegar a fin de mes, hasta que llegara un momento que tendría que pedir prestado algo dinero para conseguirlo. Estaría cultivando sus pasivos, y llegaría, poco a poco, pero inevitablemente, a pobre.

Así que sí, yo creo que este millonario sin escrúpulos les puede enseñar a nuestros hijos una lección importante, fundamental en sus vidas.  Una lección que, seamos realistas, no se la van a enseñar en la escuela, y que muchos de nosotros tampoco hemos tenido claro durante gran parte de nuestra vida. Una lección que merece la pena aprender, antes de que sea demasiado tarde.